Para moldear la base y coser una a una cada pluma hasta dar vida a esta gran flor recuerdo que lo intenté tantas veces que a la quinta perdí la cuenta, pero la constancia y delicadeza dio paso al tocado Mamá que mi clienta de Barbastro deseaba, la forma que mejor le quedaba junto a la locura y elegancia de su gran flor.
¿ No os parece sacado de otra época ?
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