En mi niñez cuando las niñas jugaban a papas y a mamas yo pintaba y cosía, ellas iban a clases de baile y yo de costura.
Quería dedicarme en cuerpo y alma al arte, y así fue y así es.
Y ahora veo en mis hijos mi reflejo, tan pequeños y con tantas ganas de expresar, les apasiona pintar, moldear...es maravilloso ver que ellos también tienen ese don aluciante que hace inmensamente feliz.
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